28 de diciembre de 2011

Francamente

Pequeño beso olvidado, fue un gusto reencontrarme contigo. Yo te hacía muerto y sepultado pero estabas ahí, escondido en esa boca milagrosa que alguna vez supo mi nombre.

Fuiste el bálsamo perfecto, sacaste de mis labios esa sensación plástica a te quieros que no siento pero sigo repitiendo. Tomaste mis huesos y les diste carne y les diste fuerza y les diste ego. Todo lo diste beso secreto y a cambio dejé posibilidad. No podía recompensarte con más que eso, no te esperaba, no estaba lista para ofrecer más y sigo sin estarlo porque pese a ti recuerdo aún los te quiero muertos.

De todas formas, gracias pequeño regalo, has alegrado mis días.

No hay comentarios: