Aveces creo que no queda nada nuevo, nada que valga la pena particularmente. Más recuerdos y más olvidos y más amores incompletos, imaginarios.
Al final vuelvo a retazos, a partes de mí, a gente que conozco o creo conocer, gente que dice hola cómo estás y ahí termina.
Aveces sí creo y esas veces, esas noches te llamo desde el balcón y te perdono por todos los dolores que he ido acumulando, los tuyos y los de otros. Esas noches soy toda oídos y soy toda universal.
Por hoy no hay balcón, no hay mate y no hay noche.
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