4 de septiembre de 2013

Temporal des-enredo

Dijo que no sabía a donde íbamos, que quizás lo sabría eventualmente o que yo lo descubriría. Caminábamos por el parque como tantas veces antes pero su mano nunca había estado donde estaba ese día. Su mano y mi mano. ¡Juntas!. Era extraño, extrañísimo. Que día más extraño me había tocado. Despertar con el corazón apretado, dar vueltas y vueltas encerrada, esperar, el humo del cigarro se iba hacia el mar y timbre y ahí estaba y abrazarlo y descansar al fin.

La mano en mi mano se re acomodó y cada uno de mis dedos estaba ahora atrapado. Hacía frío, quizás no es tan terrible.

Solté su abrazo, hablamos y ahí estaba el abismo, vacíomalditovacío, fumábamos como si pudiéramos evadir el elefante que entró y que ahora estaba sentado junto a la luz azul, como si pudiéramos. Fue tan fácil tocarnos una vez más, tan fácil ese beso suyo, tan fácil que no podíamos sino engañarnos un rato más. Pero el tiempo se acababa con cada gota de sudor y antes de borrarlo todo nos atrapó la fatalidad. Era ahora o nunca, lo sabíamos, ahora o nunca. Fue ahora y así nos fuimos al parque.

No hay comentarios: