24 de septiembre de 2013

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Anoche descubrí un tesoro y mi boca se lleno de dulzores nuevos. Que misteriosa la noche en que tu mano se hizo cómplice de la mía. No había contexto, no había mundo más que tú. Te rendiste a los besos invisibles que te di por meses y el universo completo se hizo fiesta. Cada estrella, cada árbol se mostró para nosotros perfecto y me supe enredada para siempre en tu corazón.

Abro mis brazos, abro alma y mente, abro todas las alamedas y caminas humilde por mi imperio. Caminas con palabras y roces y tu boca que es conquista en mi oído. Siento como me pierdo, eres de humo, lo impregnas todo, quizás nunca termines, quizás mi cuerpo no es tal sino parte de ti.

Somos irrealidad, un sueño, incomprensible destino que nos llevo a perdernos en el bosque. Quizás somos casualidad pero es insostenible creerlo cuando llueven estrellas de tus ojos, mi piel reflejo de tus propios deseos. Somos. No sé de donde salimos ni como llegamos aquí pero el incierto sendero es nuestro si queremos andarlo.

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