3 de junio de 2009

Fantasía


Se dejó hipnotizar por sus ojos azules y sus palabras de sabio. La sala se mantenía en silencio para que ambos pudieran existir y dejaran de bailar a ese ritmo lleno de símbolos encubridores.
Lo miraba pasearse junto a la mesa divagando, lo seguía atenta a cada uno de sus pasos y contemplaba extasiada cada cana pionera en su pelo oscuro. Se sentía más y más perdida en esa madurez llena de intrigas.

Ella se mueve anhelante, sabe que la hora ha llegado a su fin y lo sufre sólo un poco. Sabe que se acerca el momento exacto en que ella se dirigirá a su tan preciado mentor para decirle...para decirle que...¿qué? ¿decirle qué? nada...no se acerca, decide que otro día será mejor. Cierra sus cuadernos y deja la sala hasta el próximo encuentro...

No hay comentarios: