
3 de junio de 2009
Desembarco en Normandía (Parte I)
La primera cita contigo ya está planeada en mi mente. Llegarás a buscarme y me esperarás abajo. Estarás apoyado contra algo, una pared o un árbol. Estarás fumando, quizás no, no es importante. Me verás llegar y sonreirás confiado, yo también y te daré un beso en la mejilla. Cruzaremos el puente y llegaremos a un bar tranquilo, unas cervezas y conversar. Nos pondremos a bailar desquiciados, sin frenos posibles, libres y nos besaremos al fin, después de todos estos años en espera. Besos locos, alcoholizados y llenos de guitarras. Nos daremos la mano para después soltarnos y abrazarnos y correr y bailar en la calle y en los parques. Me dirás todo lo que llevas guardado sin poder decir nada, hablarás de ti y de mi y de los mensajes y de todas tus intenciones perdidas en el miedo. No me importará nada, sólo tú. Partiremos con rumbo incierto hacia lugares extraños, bares perdidos y desconocidos, fumaremos una que otra yerba loca y los humos de colores darán inicio a la fiesta. Viviremos como dos locos por el largo de una noche, concentraremos todas nuestras ganas por tanto tiempo contenidas en esas horas, ese grupo de horas y nos daremos los gustos omitidos, diremos los secretos y callaremos el silencio más sincero.

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