27 de marzo de 2009

Despedida.-


Te transformé en fantasía, tu cuerpo herido se llenó de colores y texturas nuevas. Tus labios llenos de poesía se acercaron a mi oído y con un beso certero entraste en mí para perderte en las esquinas de mi cabeza.
Había llegado la hora, tu cuerpo tibio de imaginación se elevó sobre el de Joaquín para abrazarse al mío y terminar con el juego. Realidad y ficción no podían seguir juntas. (Sólo dolía)

Adiós Joaquín real, adiós. Me quedo con lo mejor de ti.

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