Dejo tu piel invitante y salgo a la calle, creo que me congelo pero pongo más distancia.
Aún desde acá me llamas, pedacito de paraíso.
Esta vida no está hecha para nosotros,
ni lo eterno es suficiente para saciar mi sed de tu boca.
Sólo agradezco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario