31 de marzo de 2011

Los zorros


Cuando el principito volvió se encontró con dos zorros, un zorro que brillaba como el oro y otro capaz de hablar en idiomas.

Creyó que podría domesticarlos como había hecho con los pasados pero el principito era incapaz de ver las heridas más profundas que estos zorros portaban como bandera.

Los visitó todos los días, muchos días y ya se sentía triunfador, esperado. ¡Los zorros le hablaban! Se le acercaban muchas tardes y el principito estaba seguro de su éxito.
Pero los zorros también desaparecían en días, y ahí se quedaba el principito esperándolos junto a los campos de trigo. Entonces el enojo lo cegaba y juraba no volver a visitar a esos que nunca serían sus amigos.

El principito era ingenuo y era bueno y cuando veía pasar entre la hierba esas colas juguetonas que no lo llamaban, corría de todas formas trás ellas engañándose al pensar que existía un lazo que los unía.
Los zorros eran graciosos, amables y hermosos. ¿Cómo podía el principito no quererlos?

Sin embargo el principito esperaba de ellos algo que no parecían capaces de darle. Los zorros recordaban las cosas que él les contaba de su rosa, recordaban sus historias y acariciaban sus piernas con sus colas de madera y oro, pero era sólo un juego. Los zorros no entendían de domesticar ni de ser domesticados, eran zorros libertarios y perdidos, que iban y volvían como el mar y que salían por los caminos a esperar la muerte, no la vida.

27 de marzo de 2011

Improv.

Las cosas más inalterables cambian en el espacio de un segundo.
Nada es inalterable y sin embargo, rezamos cada noche sin sospecharlo por la permanencia del mundo que entendemos, mejor, que creemos entender.

Espero en algún momento dejar de pedir lo estático, soñar con el caos, desearlo entre mis brazos y así, entonces, absolutamente nada tendrá importancia y seremos realmente libres.
Transito entre los dos mundos como con acceso liberado pero no soy capaz de quedarme ni de pertenecer a ninguno. La infelicidad recorre mis venas al caminar y caigo en los abismos sin saber que pasó. Quizás estoy ciega y no veo los accidentes por venir, quizás estoy sorda y no escucho los gritos de advertencia, quizás no huelo el peligro, quizás no tanteo los caminos por los que ando o quizás no sé pedir armas para enfrentarme al mundo.

Cuando creo en el caos me hundo en la inacción pues nada tiene sentido pero cuando creo en el orden y en los límites, me aterro.

Sigo donde antes estuve.

26 de marzo de 2011

Viento del azur.


Prométeme que en nuestra casa imaginaria nadie va a poder herirme, que no van a existir razones para tomar agua después de llorar, que no voy a tener que lavar mis manos ni esperar plazos.

Prométeme que siempre vas a estar ahí para abrazarme y escucharme y cuidar de mis heridas como si fueran las tuyas.

Prométeme que no te irás nunca, o que si te vas, volverás siempre a acompañarme a dormir y a velar por mi sanidad mental o lo que queda de ella.

Promete que vas a seguir siendo mi guardián y mi compañero y prometo en respuesta, seguir esperando y seguir contigo incluso cuando la noche esté estrellada y me abracen las ganas de tomar el camino.

23 de marzo de 2011

Inquietud - Marceline Desbordes-Valmore


¿Qué es pues lo que me turba? ¿Y qué es lo que me espera?
Estoy triste en la ciudad y me aburro en el pueblo;
Los placeres de mi edad
No pueden salvarme de lo largo del tiempo,
Antaño la amistad, los encantos del estudio
llenaban sin esfuerzos mis apacibles ocios.
¡Oh! ¿Cuál es pues el objeto de mis vagos deseos?
Lo ignoro y lo busco con inquietud.
Si, para mí, la felicidad no era la alegría,
Ya no la encuentro en la melancolía;
Pero si temo al llanto igual que a la locura,
¿Dónde encontrar la felicidad?

21 de marzo de 2011

Abstinencia


Soy mi propio dios, capaz de cortar mis relaciones dependientes aunque en el camino mire hacia atrás y mis manos se llenen de sal.

Mi cabeza inventa miles de razones posibles para desandar mis pasos y buscar los labios que queman pero pasado el impulso, sé reconocer mis propias mentiras y finalmente, seré capaz de seguir caminando, frente en alto y manos empuñadas.

16 de marzo de 2011

duo

habia dos enfermos junto a la linea del tren, uno se sentia incapacitado para el juego y el otro estaba paralizado por el miedo. alternaban entre mirar hacia el tren que escuchaban pero nunca venia o mirarse tratando de entender. en el pueblo nadie los consideraba locos solo un poco perdidos pero ellos sabian la verdad estaban enfermos de enfermedad terminal y estaban atrapados junto a los rieles hasta el fin de los tiempos. algunos dias tenian miedo de que algo alterara la paz de su santuario y otros dias arriesgaban la vida mirandose por mas de diez minutos. era su propio juego y sufrian y amaban como cachorros.

cuando me fui del pueblo, de los arboles y de los queltehues junto al rio creo haberlos visto sentados como todos los dias con las rodillas muy juntas casi tocandose. casi mas locos. casi mas felices.

borrador antiguo

En días como hoy siento que me pierdo. Todo, o casi todo, se disuelve en una gran nube de no me importa. Mis amigos se destiñen hasta el infinito y dejo de estar. Mi cuerpo es material y permanece, pero la verdadera vaga por la nada, por los recuerdos y por los deseos que quedaron en la página pasada.