
Hoy me senté en la arena como nunca antes, me senté consciente de mis pies, mis muslos y mis rodillas flectadas. Sentí la arena caliente y el roce del viento contra mi vestido. Cerré los ojos por tiempo sin definir y cuando los abrí la noche empezaba a ser inminentemente aplastante. Me acosté en la misma arena de hace cinco años y recordé los besos frente al mar, las canciones y los susurros ahora rotos.
Había vuelto mentalmente a esa costa tantas veces pero por primera vez estaba enteramente allí, donde antes estuvo su sombra...sus sombras.
1 comentario:
que belo!
Publicar un comentario