28 de diciembre de 2008

Carta aL mas grande.


Me acerqué a ti con una rosa de muchos colores acumulados en la espera del momento perfecto. Te hablé de viajes y sedas, de armónicas y de juegos, de sueños y cuando toqué tu hombro y me dijiste que ya no eras a quien yo esperaba pero que me querías no pude evitar la decepción, tú me seducías con tu canto de sirena y ahora eras un cuerpo mudo...

Primero sonreí porque el fin de tu reinado había llegado pero después, tus ojos de pestañas curvas y tus dientes perlados empezaron a brillar como antes, tu pelo azulado tocó mi mano o quizás fue mi mano la que corrió a su encuentro. Pero vaya encuentro, me envió de vuelta en un torbellino de aguas y cuando desperté de la impresión estabas a mi lado, desnuda. Perfecta desnudez la tuya, mujer.
Pero ¿sabes? aunque me demostraste que tus encantos siguen intactos y que tu belleza es suficiente para someterme...la humedad ha empezado a oxidar nuestra ilusión.

Hasta nuevo encuentro pedazo de vida mía.

pLaya


Hoy me senté en la arena como nunca antes, me senté consciente de mis pies, mis muslos y mis rodillas flectadas. Sentí la arena caliente y el roce del viento contra mi vestido. Cerré los ojos por tiempo sin definir y cuando los abrí la noche empezaba a ser inminentemente aplastante. Me acosté en la misma arena de hace cinco años y recordé los besos frente al mar, las canciones y los susurros ahora rotos.
Había vuelto mentalmente a esa costa tantas veces pero por primera vez estaba enteramente allí, donde antes estuvo su sombra...sus sombras.

9 de diciembre de 2008

título.-

Tengo ganas de huir, escapar, salir, virarme, estoy aburrida, cansada y desesperándome de esta vida así, no la entiendo. No logro entender el fin de todos los caminos por los que me van llevando. Dejo a mis dedos escribir, traspasar lo que pienso en mi botella interna extraña al "papel". Quiero irme, quizás pensar, quizás dejar de hacerlo. Es tan grande la sensación de nada que me aplasta, me engulle con sus fauces invisibles, me devora por completo y me mantiene así, de pie, sentada, en cuclillas, en medio de esa masa nebulosa que es su estómago.
Miro la ropa tirada en mi habitación, los besos desparramados, los divorcios por venir y las horas perdidas vagabundeando sin saber por ni para que. Me asqueo un poco de mí misma, del mundo atropellador y egoísta en el que me muevo y lo único que quiero es salir a flote, respirar un poco, a conciencia.

Quiero escaparme de las cosas, de las personas cosificadas que quiero y así en feliz abstracción entenderlo todo, al menos buscar entender algo. Inmadurez o lo contrario, más y más convenciones vacuas. Necesito llenarme de vida, una y mil veces más, para seguir con esto, quiero la libertad absoluta, la paz y el silencio perfecto de las noches en soledad. Quererme y quererlo todo por semanas, hasta que un día esté lista para volver.

3 de diciembre de 2008

Nid


Quería muchas cosas partiendo por las ganas suficientes para cambiar su pelo y sus ojos. Quería quería quería. Pero se cansaba aveces de ese querer imparable. Mejor una pausa. De esas pausas silenciosas y quietas. Pausas.