Abrazado a tus piernas, al calor de tu vientre que ha sido cuna de tantas estrellas.
Bella mujer, más bella en este instante, cabalgando praderas imprecisas, difusas de sudor y llanto.
Cuánto te amo mujer, mujercita mía.
Tus senos aparecen y desaparecen en lo oscuro del mar.
Sin palabras.
Los sentidos lo poseen todo.
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