
Se fue apagando lentamente...
La desconectaron un día miércoles pero la energía que aún existía en su interior la mantuvo "viva" hasta el viernes. La familia que la había adoptado llamó a especialistas de todo el país para que le devolvieran su salud, pese a saber que su muerte era inevitable. Una noche, mientras la pequeña Andrea le leía un cuento, sus ojos adquirieron un brillo metálico, su boca se cerró hermética y nunca más volvieron a escucharse sus cantos...
La radio había muerto.
1 comentario:
No había motivo para desconectarla, ella les alegraba sus grises días, sus eternos inviernos. Malditos humanos, se esfuerzan por arruinarlo todo.
El Radio
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