
Te busco ahí donde se esconde el murmuro del sol
detrás de los limoneros en flor y las heridas abiertas
entre las odiseas ajenas y las tuyas, entre mar y cielo.
Te busco desde antes de conocerte y seguiré buscándote después de que te hayas ido como si no existiera otro camino más que el contigo.
Busco tu voz en los pianos empolvados, en las banderas flameando.
El brillo de tus ojos en zapatos lustrados, en sonrisas vacías y llenas de vida.
Y mientras te busco
espero
que tus brazos se trencen con los míos.