
D1:
Hoy tengo miedo. Estás lejos y sin saberlo ayuda tu ausencia por primera vez. Quiero que vuelvas, que vuelvan tus manos en mi cintura y tus besos a escondidas, pero no quiero que vuelvan las ganas de tenerte, de poseer tus secretos y de ser la única en tu vida...porque entonces todo estará perdido.
Tengo ganas de ti, tantas ganas que duele el sólo pensarlo, pero me conoces y espero que pienses que no son más que ganas. Sí, es cierto, tu mano en la mía suele tener un efecto tranquilizador pero si no es más que eso podemos vivir en paz, cada uno con sus enredos y sus amores lejanos.
D2:
Me gusta pensar que no le perteneces a nadie, que eres una corriente de energía transitando por espacio y tiempo, de esa forma nadie te atrapa, nadie llega a tu vida y te aleja, nadie te convierte en propio. Y así puedes ser un poco mío y un poco del viento. Quizás el conocerte me dé ese poder, que espero pienses no quiero. Quizás el saber tanto te traiga a mi lado como guiado por un faro en la distancia y cegado por mis mentiras creerás encallar contra las rocas...
D3:
No quiero que choques y te destroces, prefiero hacerlo yo y por eso corto el velo oscurecedor. Dejo salir la verdad en su forma más fina y descanso y deliro y sufro y canto y me siento a esperar. Porque en este caso sólo puedo esperar volver a comenzar. Quizás debí decir algo antes de la gran hecatombe, quizás debí decirlo todo más claro, más vidrio, más luz...pero sabes que no soy tan clara, ni tan luz.
Entonces...¿qué decides?